domingo, 13 de julio de 2008

Lima la horrible

No hay nada más deprimente en la vida de un limeño, que alzar la mirada y encontrarse con ese cielo pálido y gris que cubre nuestras cabezas. Y más aún si estás en pleno centro de Lima, y además de eso, la monocromática imagen se ve contrastada con tristes y lúgubres edificios, como me pasó hoy, cuando pasé por ahí.

El invierno en Lima es... trágico; no es exageración. Pueden ser las ocho, nueve, diez de la mañana o derrepente las dos, tres, cuatro de la tarde, y sin embargo, la diferencia no será muy notoria. Afortunadamente, la noche siempre llega. No sé que pensará el resto de limeños, pero al menos a mí, me reconforta pensar en ello.

La vista al mar, desde los malecones que circundan la ciudad es totalmente fantasmal. El agua de un color indefible, problamente del mismo matiz que el cielo, desgarra la orrilla con vigorosas olas que son producto del fuerte viento. En las casas antiguas, se percibe el fuerte olor a húmedad. En las calles, las lluvias y la neblina, hacen que el frio se intensifique y penetre debajo de nuestras ropas y logre entrar hasta los huesos, y muchas veces hasta el fondo del alma.

Lima se viste, hoy, de un feo y gastado vestido gris, y nosotros la contemplamos apáticos, melancólicos, talvez rencorosos. Lima la horrible. Lima. Nuestra Lima...

1 comentario:

Yo dijo...

KE PAJA flaco, KE PAJA....
asi =D excelente